La rosácea es una afección crónica de la piel que se manifiesta principalmente en el rostro, afectando a millones de personas en todo el mundo. Aunque su causa exacta sigue siendo desconocida, se sabe que la rosácea involucra una combinación de factores genéticos, ambientales y posiblemente infecciosos.

Síntomas Principales

Enrojecimiento Persistente: El síntoma más característico es el enrojecimiento constante en las mejillas, la nariz, la barbilla y la frente. Este enrojecimiento puede parecerse a un rubor o a una quemadura solar que no desaparece.

Vasos Sanguíneos Visibles: A menudo, los vasos sanguíneos pequeños se hacen visibles en la superficie de la piel, lo que se conoce como telangiectasias.

Protuberancias y Granos: La rosácea también puede causar la aparición de pequeñas protuberancias rojas y granos llenos de pus. Estos síntomas pueden confundirse con el acné, aunque la rosácea no produce puntos negros.

Sensación de Ardor o Picazón: Muchas personas con rosácea experimentan una sensación de ardor o picazón en las áreas afectadas.

Engrosamiento de la Piel: En casos severos, la piel puede engrosarse y formar protuberancias, especialmente en la nariz, una condición conocida como rinofima.

Problemas Oculares: Cerca de la mitad de las personas con rosácea también tienen problemas oculares, como sequedad, irritación, hinchazón y enrojecimiento de los párpados, una condición llamada rosácea ocular.

Factores Desencadenantes
Aunque la rosácea no tiene una causa específica, existen varios factores que pueden agravar los síntomas:
Exposición al sol
Estrés emocional
Alimentos picantes
Alcohol
Temperaturas extremas
Ejercicio vigoroso
Productos para la piel irritantes
Tratamiento y Manejo

No existe una cura definitiva para la rosácea, pero hay varias formas de manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen:

Medicamentos Tópicos y Orales: Los tratamientos incluyen antibióticos y medicamentos antiinflamatorios para reducir el enrojecimiento y la inflamación.
Procedimientos Láser: Estos pueden ayudar a reducir la visibilidad de los vasos sanguíneos dilatados.
Cuidado de la Piel: Usar productos suaves y evitar aquellos que irriten la piel es crucial. Se recomienda el uso diario de protector solar.

La rosácea puede ser una condición desafiante, pero con un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado, es posible controlar sus síntomas y minimizar su impacto en la vida diaria. Consultar con un dermatólogo es el primer paso para desarrollar una estrategia efectiva de manejo de la rosácea.

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